sábado, 1 de noviembre de 2008

Peter Bichsel - Vom Meer

Traduje este otro cuento hace mucho. La espera... las cartas... tiene algo que me hizo elegirlo entre los otros cuentos del libro... tal vez sea lo que no se dice....

Vom Meer.
"Sería justo decir, que me gusta mucho este lugar junto al mar. Les envío una postal. Les marqué mi habitación con una cruz, en el primer piso, la que tiene las persianas cerradas. Hace bastante calor. Ayer, el termómetro trepó hasta los 30 grados. Pero por suerte, un viento suave siempre sopla desde el mar."
Una carta escrita el 19 de mayo, en algún lugar quedó escondida y llegó el 25. Con estampillas de otro lugar, el sello borroso y con ese olor típico, que sólo tienen las cartas. En las escaleras, ella la abre, la ojea y se para delante de la puerta, la lee y entonces entra en la casa. El sobre ya está desgarrado, el remitente apenas legible: Vía Alberti, tal vez...
El mar en primavera no es tan agradable. Es bueno que un viento suave siempre sople desde el mar. El 19 fue domingo, dolce far niente, bueno para escribir unas líneas. El lunes la llevó al correo... Es bueno que sople esta brisa suave desde el mar. Y además agrega algunas líneas acerca de las palmeras, pizzas y Venecia. Debajo del destinatario se lee "Svizzera" en letras mayúsculas, subrayada dos veces.
¿Quién coleccionaba estampillas?
Dobla la carta una y otra vez, para que entre en un pequeño paquete. Lo abre, lo plancha con sus manos y piensa. Hoy llovió, trata de ocultar la carta e intenta de imaginarse como es Italia - Espresso con un vaso de agua, Acqua, Campari y un plato con aceitunas -, se enciende finalmente un cigarrillo y vuelve a doblar la carta.
Y él escribe que es bueno, "bueno" que siempre sople esa brisa suave desde el mar. Él está en su habitación, un domingo en algún lugar junto al mar, en la Via Alberti muy probablemente; escribe esta carta, la cual llega hoy, 25. El cartero la depositó en el buzón junto con el diario, los impresos, y las cuentas; esta carta, que por suerte no se perdió, que trae la dirección correctamente escrita, la cual llegó a su destinatario, una carta desde el mar.
Él escribe lo que normalmente se escribe acerca del mar, que es azul y además agrega: "saludos", como normalmente se escribe "saludos" al finalizar una carta, y se disculpa por la letra, por su largo silencio y escribe, que es bueno que siempre sople esa brisa suave desde el mar.
Otra vez, otro día, el cartero trae una carta y la deposita en el buzón, y en el destinatario se lee "Svizzera", es su letra, y es seguramente muy hermoso estar junto al mar. A él le gusta mucho.

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