viernes, 24 de octubre de 2008

Peter Bichsel

Peter Bichsel is a Swiss writer. His short stories are one of my favourite writings. I believe, he can describe the German people like no other. Unfortunately, just a few of his books have been translated into other languages. Only his book "Kindergeschichten" was translated into Spanish. My favourite book is "Eigentlich möchte Frau Blum den Milchmann kennenlernen" ( And Really Frau Blum Would Very Much Like to Meet the Milkman). None of his works have been translated into Portuguese so far. So, this is my translation of one of his short stories:

Peter Bichsel es un escritor suizo. Sus cuentos cortos son unos de mis favoritos. Creo que puede describir (aun en pocas palabras) la idiosincracia del pueblo alemán. Desafortunadamente, sólo algunos de sus libros fueron traducidos al español: "Kindergeschichten" (y no está disponible ya en Argentina) aunque se que otro más se consigue en España: "En realidad, a la señora Blum le gustaría conocer al lechero" (Ed. Espasa). No hay versiones en portugués disponibles, así que se me ocurrió hacer una traducción de uno de sus cuentos para mi clase de portugués. He aquí lo que hice:

Der Milchmann (O leiteiro)

O leiteiro escreveu num papel: "Hoje não tenho mais manteiga, desculpe." A senhora Blum o leu e repassou a conta. Moveu a cabeça, contou novamente e escreveu: "dois litros de leite, cem gramas de manteiga. Ontem não deixou a manteiga mas a sumou igualmente."
No dia seguinte o leiteiro contestou: "Desculpe".
O leiteiro vem de madrugada às quatro da manhã e ela não o conhece. "Teria que conhece-lo", pensa muitas vezes, "um dia desses teria que acordar às quatro para conhece-lo."
A senhora Blum teme que o leiteiro esteja zangado com ela. Poderia pensar mal dela, já que a sua tigela está magoada.
Mas o leiteiro já conhece a senhora Blum. Geralmente ela pede dois litros de leite e cem gramas de manteiga. Ele a conhece: se as pessoas perguntassem para ele, contestaria: "A senhora Blum pede 2 litros e 100 g de manteiga. Tem a tigela magoada e a escrita clara." O leiteiro não se preocupa, a senhora Blum não lhe deve nada. Mas quando acontece, - com certeza que pode acontecer -, que faltem 10 cêntimos do pagamento, escreve num papel: "Faltaram 10 cêntimos", e ao dia seguinte ela já põe 10 cêntimos de mais e no pedido se lê: "Desculpe". "Tudo bem", ou "Tudo bom", pensa o leiteiro e quase o escreve no papel, mas isso já seria um intercâmbio epistolar. E não o escreve.
O leiteiro não se interessa por saber no que andar mora a senhora Blum. A tigela fica sempre na escada, no andar térreo. Também não se preocupa quando ela não está lá.
Na sua equipe de futebol jogava um tal de Blum. O leiteiro o conhecia, tinha as orelhas saídas. Talvez a senhora Blum também.
Os leiteiros têm as mãos incrivelmente limpas, cor-de-rosa e desajeitadas. A senhora Blum pensa nisso quando vê suas mensagens. "Tomara tenha achado os 10 cêntimos" pensa. Não gostaria que o leiteiro pensasse mal dela, nem que o comentasse com a vizinha. Mas ninguém no bairro o conhece. Ele vem cedo pelas manhãs às quatro. O leiteiro é um de tantos que cumpre com suas obligações. Ele é quem pelas manhãs traz o leite e faz sua tarefa todos os dias da semana e até os domingos. Os leiteiros não têm bons ordenados e com certeza as vezes têm falta de dinheiro quando fazem a conta. Os leiteiros não são responsavéis, quando aumenta o preço do leite.
Na verdade, a senhora Blum gostaria de conhecer o leiteiro. Mas o leiteiro ja a conhece. A senhora Blum pede normalmente 2 litros e 100 g de manteiga todos os dias, e tem a tigela magoada.

Der Milchmann (El lechero)

El lechero escribió en un papel: "Hoy ya no queda manteca, lo lamento." Frau Blum lo leyó y repasó la cuenta. Movió la cabeza, volvió a contar y escribió: "Dos litros, 100 g de manteca. Ayer no dejó manteca, pero la sumó igual." Al día siguiente, contestó el lechero: "Disculpe".
El lechero viene por la madrugada a las cuatro y ella no lo conoce. "Una lo tendría que conocer", piensa seguido, "me debería levantar a las cuatro un día para conocerlo."
Frau Blum teme que el lechero esté enojado con ella. Podría pensar mal de ella, ya que su envase esta abollado. Pero el lechero ya conoce a la Señora Blum. Ella por lo general, pide 2 litros y 100 g de manteca. El lechero la conoce. Si uno le preguntara al lechero acerca de ella, el contestaría: "Frau Blum pide 2 litros y 100 g de manteca. Tiene el envase abollado y una letra clara." El lechero no se preocupa, Frau Blum no le debe nada. Y cuando pasa, - claro que puede suceder -, que falten 10 centavos de la paga, escribe en un papel: "Faltaron 10 centavos", y al día siguiente ya le deja los 10 centavos y en el pedido se lee: "Disculpe". "No es nada", o "No fue nada", piensa el lechero y hasta lo escribiría en el papel, pero eso ya sería un intercambio de cartas. Y no lo escribe.
Al lechero no le interesa saber en que piso vive Frau Blum. El envase esta en la escalera, en la planta baja. Tampoco no se preocupa cuando no esta en su lugar. En su equipo de fútbol jugaba una vez un Blum. El lechero lo conocía, tenía las orejas paradas. Tal vez la señora Blum también.
Los lecheros tienen las manos increíblemente limpias, rosadas y torpes. Frau Blum piensa en esto cuando ve sus mensajes. Espero haya encontrado los 10 centavos. No quiere que el lechero piense mal de ella, ni tampoco que lo comente con la vecina. Pero nadie en la cuadra conoce al lechero. Es que viene por las mañanas a las cuatro. El lechero es uno de tantos que cumple con su obligación. Es quien por las mañanas trae la leche y cumple con sus tareas todos los días laborables o domingos. Los lecheros no son bien pagos y seguro le falta dinero seguido cuando hace el recuento. Los lecheros no tienen la culpa, cuando aumenta la leche.
En verdad, a Frau Blum le gustaría conocer al lechero. Pero el lechero ya la conoce. Frau Blum pide normalmente 2 litros y 100 g de manteca todos los días, y tiene el envase abollado.

1 comentario:

  1. Hola!
    Me gustan mucho también los cuentos de Bischel. Me gustaría saber si conoces una dirección de internet para leerlos en castellano. La verdad es que estoy tras el cuento "El Hombre que Ya No Tenía Nada que Hacer"
    Saludos
    Pedro

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